La infertilidad es reconocida por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad y como tal es tratada por los diversos especialistas que atienden este padecimiento.

Si tienes más de un año intentando un embarazo, manteniendo relaciones sexuales sin utilizar algún método anticonceptivo y no has tenido éxito, pudiéramos estar ante un caso evidente de infertilidad.

La consulta con un especialista es lo ideal en estos casos para determinar, en primer lugar, quien lo padece, es decir, si uno o ambos integrantes de la pareja. Para luego establecer los factores que intervienen en esta patología que pueden ser físicos, sicológicos y hasta sociales, por ello se habla de un tratamiento multidisciplinario para poder solucionar un caso de infertilidad.

La infertilidad puede surgir por problemas femeninos, masculinos, una combinación de ambos e incluso, puede llegarse a no determinarse con precisión la causa de la misma, en este caso se dice que es idiopática.

La infertilidad primaria es la incapacidad de lograr un embarazo, mientras que la infertilidad secundaria se refiere a no poder conseguir un embarazo después de una concepción previa.

Junio es reconocido como el Mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad, iniciativa adelantada por la Asociación Americana de Fertilidad, para dar visibilidad a este tema, crear conciencia y así prevenir esta enfermedad.

Una de las especialidades médicas que más ha sido beneficiada con los avances y desarrollos científicos ha sido la reproducción; los métodos de concepción asistida, hasta los estudios genéticos y de las características físicas de cada individuo han permitido resolver muchos casos de infertilidad que hasta hace poco tiempo parecían insalvables.

Estadísticas mundiales revelan un aumento de los niveles de infertilidad masculina. También se observa la incidencia negativa, en la estadística, de la decisión de postergar el embarazo, lo cual es un factor que aumenta las posibilidades de infertilidad en la pareja, aunque con mayor incidencia en la mujer.

También es muy importante cuidar la salud sexual, para evitar contagios de ETS (enfermedades de transmisión sexual) las cuales inciden negativamente el sistema reproductivo y pueden dar como resultado infertilidad.