La Lepra fue una enfermedad muy temida en los siglos 19 y 20. Para ese entonces, su lento contagio, evolución y su carácter crónico e incurable, aunado a las deformidades que causaba en los pacientes, estigmatizó a todos los que la padecían, al punto de crear leprocomios para aislarlos del resto de la sociedad.

El médico e investigador venezolano Jacinto Convit, dedicó su vida al estudio del virus causante de esta enfermedad. Logró, junto al equipo del Instituto Biomédico de Venezuela, desarrollar una vacuna modelo para tratarla.

La Organización Panamericana de la Salud lo considera un Héroe de la Salud, ya que con sus estudios logró detener su avance y promovió el cierre de los leprocomios en la región.

Sus investigaciones permitieron el desarrollo de un nuevo modelo de vacunas para otra enfermedad endémica en mas de 80 países: la leishmaniasis.

Jacinto Convit murió en Caracas en el año 2014 a la edad de 100 años. Fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias y nominado al Nobel de Medicina. Hasta sus últimos días coordinó a su equipo en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC